Este proyecto nace desde el instinto y la pasión, su crecimiento es el fruto del amor y la dedicación de cada uno de sus miembros.
Carlos Amaya Solivellas
Mediante el siguiente proyecto se pretende proyectar el Surf como motor educativo y movimiento social, introduciéndolo en la cultura de los jóvenes locales, utilizándolo como base motora y motivacional de una enseñanza holística que engloba actividades medioambientales, artísticas, lingüísticas, de autoconocimiento y empoderamiento.
Con la intención de fomentar la práctica de actividades saludables y de aumentar la oferta deportiva y educativa de la zona, buscamos agrupar a jóvenes y adolescentes, usando el surf como denominador común para potenciar su desarrollo personal y formativo. Debido a la popularidad e interés que despierta, lo utilizamos como facilitador para introducir las diferentes actividades que conforman el programa.
El poder del Surf como motor unificador y de desarrollo social
Durante su periodo de iniciación en el deporte los alumnos que acuden al taller de surf dan sus primeros pasos en un curso de seis meses de duración, en los cuales, se garantiza el aprendizaje de los conocimientos básicos hasta alcanzar el nivel de autonomía suficiente para su posterior autodesarrollo.
Después de este periodo inicial, realizamos un seguimiento mediante sesiones de grabación-corrección permitiéndoles mejorar su técnica y preparación física, incluyendo la opción de participar en competencias a nivel nacional. Asimismo, con objeto de fomentar la cohesión del grupo, los jóvenes recién llegados son guiados por los más experimentados, que, a su vez reciben prácticas para formarse como instructores de surf, profesión que cuenta con gran demanda a causa del aumento del turismo en la zona.
Además, al depender e interactuar directamente con el océano, se crea un fuerte vínculo con él, permitiendo ver y sentir las consecuencias generadas por nuestro impacto en él. Dicha sensibilización desemboca en la voluntad de querer cuidar el ecosistema, y, por consiguiente, desarrollar un sentido de pertenencia hacia el hábitat que se cuida. Utilizando los lazos creados a través de la práctica del surf, realizamos actividades relacionadas con el cuidado y protección del medioambiente que puedan estimular la aparición de comportamientos conservacionistas tales como, limpieza de playas, establecimiento de puntos de reciclaje, murales ambientales, reforestación de manglares y monitoreo de fauna.
Finalmente, el inglés como segunda lengua es una de las piezas fundamentales para que la población se desarrolle orgánicamente junto con el turismo, tanto a nivel laboral como social. Por ello, incluimos clases de inglés enfocadas al surf, promovemos la interacción de extranjeros con locales e incluso, brindamos la oportunidad a los alumnos más avanzados de asistir a las clases de surf privadas (la mayoría realizadas en inglés), que se ofrecen desde la escuela; lo cual permite acelerar su proceso de aprendizaje en el manejo del idioma y aproximarlos a la experiencia de apoyar y colaborar en el desarrollo de una clase de surf.